Mi transformación

Hay cosas que te suceden en la vida en la que mente sufre una transformación o una revelación. Momentos de los cuales marcan un antes y después, dejas de ser una persona para ser otra. Es una iluminación, una descarga eléctrica que te recorre toda la médula espinal, te pone todos los pelos de punta y de repente… dejas de pensar. No existe el ego… Tan solo tú y el momento presente.

Puede parecer una estupidez para algunos… no lo fue para mí. Mi verdadera transformación empezó el domingo, en el concierto de Camilo, en Valencia que fui con unas amigas.

Un segundo… tan solo un segundo para abrazar a prácticamente todos mis demonios, ha aceptarme tal y como soy y a amarme de forma incondicional. Aquella noche dejé de sentirme identificada con cada parte de mi alma que está contaminada por la mente, por el ego.

Lo vi… Vi el ego, en su peor cara. Un ego del que conseguí desprenderme en cierto modo. Del que no está en mi mano cambiar, porque es el ego de mi entorno, el de los demás. Es ese ego que critica el trabajo de los demás, y además no se alegra por ello, juzga incluso hasta cómo lleva el pelo una persona… El ego que es irrespetuoso. El ego que todo ve problemas y la responsabilidad nunca es suya. Un ego espiritual que te dice que salir del pozo es imposible…

Lo vi y lo escuché, y simplemente lo acepté. Eso no iba a impedir que fuera feliz.

Ya no.

Esa revelación provocó el inicio de mi verdadera transformación.

Todo aquello que te perturba es un reflejo de lo que no te gusta de ti mismo. No siento identificada con el ego de mis amigas, ellas están en un proceso totalmente diferente al mío. Me di cuenta cuando sus lágrimas resbalaron y sus pechos se oprimieron ante las palabras de un cantante. Unas palabras que llevo integrando en mí durante varios años, y que por fin, son una parte muy íntegra de mí. Unas palabras que me emocionaron… me sentí identificada con ellas.

Sus demonios salieron a la luz, su dolor asomó la cabeza… Un mensaje en forma de lágrimas, un mensaje que te indica que hay algo en ti que no está bien. Que todo lo que te sucede depende de ti y de tu interpretación. Que todo el dolor que tienes es una elección.

No sé si entendieron el mensaje, no sé si se dieron cuenta de que todo va de dentro para fuera, y que la gente te trata tal y como te tratas a ti mismo. Que la meditación es necesaria para el verdadero autoconocimiento y que la aceptación de todo aquello que no puedes cambiar, provoca la verdadera transformación. Que todo lo que piensas de la sociedad, es lo que piensas de ti mismo porque, al fin y al cabo, todo es producto de tu ego.

Es un reflejo… Un espejo.

No sé si entendieron la magnitud del mensaje. Pero yo entiendo que no es mi deber cambiar a nadie, sino aceptar su proceso y acompañarlo sin tocar nada. Sin decir nada.

¿Os soy sincera? Su forma de ver la vida es, en cierto modo, una carga más… Tu entorno es un reflejo de lo que eres, y no me siento identificado con el mío, no forma parte de lo que soy ahora, pero sí de lo que era. Pero, al final… mire donde mire… veo personas con el corazón hecho añicos, un ego más grande que un estadio de futbol y un alma rota por traumas y demonios del pasado.

Miré a mi alrededor, vi a muchas personas conmovidas por unas palabras que se llevan divulgando desde hace mucho tiempo. Vi personas que escuchaban esas palabras por primera vez. Vi ignorancia, desinformación y desinterés por amarse a uno mismo. Vi conformismo. Y no me sentí identificada.

Pero lo acepté y me amé como nunca me había amado a mí misma. Me vi en el escenario. La gente que logra grandes cosas, que consigue llegar a lo alto en su propósito de vida, son aquellas que viven en el momento presente, que no se identifican con su ego y aceptan incondicionalmente todo lo que les sucede a su alrededor y no pueden cambiar. Aquellos que, a pesar de sus demonios, son capaces de salir.

Porque todo es una elección.

Una sola decisión.

De dentro para fuera.

Llegaré alto, muy alto. El escenario es el principio. El libro es el principio. No hay límites, y menos para un alma que fluye y se fusiona con el orden natural de la vida, de la creación humana, de los que somos… Del Universo.

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